Las máquinas del amor, «sex machine». El mundo de los juguetes eróticos.

Las máquinas del amor

Podríamos estar hablando de hombres de 30 a 40 años porque, estaréis de acuerdo, la mayoría de hombres de esta edad tienen capacidad sexual de sobra. Pero en este caso nos referimos a las máquinas del amor o sex machines como suelen denominarse en las categorías de los sex shops o tiendas eróticas.

 

Forman parte de la familia de juguetes eróticos pero terminan siendo una experiencia única y hay que tener una pizca de osadía y un mucho de querer disfrutar de algo transgresor en el sexo. Pero no deja de ser un juguete que se usa en el juego íntimo para desatar sensaciones fuertes que se retienen largo rato en el ánimo. Por placer, que no quede.

 

Sin embargo, es muy probable que antes de usar las máquinas del amor o fucking machines es recomendable haber disfrutado antes de algún juguete erótico. No es que sea imprescindible pero ayuda a ‘mantener el tipo’ ante semejante abordaje, aunque no es para tanto. Dependiendo de la máquina que adquieras tendrá más protagonismo la penetración, la vibración o las dos cosas y alguna más como la penetración vaginal y anal al mismo tiempo etc.

 

Estos bancos del sexo se conocen desde hace por lo menos tres siglos, recordemos al Marqués de Sade, quien dio nombre a las prácticas sádicas después de sodomizar a cientos de doncellas de la época. De aquellas prácticas nada tradicionales y muy cercanas a la violencia cuando no explícitamente violentas, viene la actualización de estos sets para el placer en los que la persona, sea hombre o mujer, se somete voluntariamente para su satisfacción sexual.

 

Hardcor o bizarro, esos serían los adjetivos que más se ajustan al uso de las fucking machines, pero cada vez se ven más en los sex shops online porque son un paso más allá de los masturbadores femeninos y masculinos. Añaden emoción, muy adecuados para quienes gustan de las prácticas sadomaso y dedican grandes dosis de energía al sexo, no cabe duda.

 

Con toda la expectación que son capaces de crear, las sex machines empiezan a ocupar un lugar en la casa. Pero eso sí, no se esconden en un cajón como unas bolas chinas, necesitan algo más de espacio. Pero eso lo tienen en cuenta quienes adoran las sensaciones extrafuertes y no dudan en dedicarles un sótano, un gimnasio o una bodega, quién sabe..Y para los fetichistas son una auténtica joya, sin duda.

Escrito por vibrafaccion