Curiosidades entorno al sexo
Las relaciones sexuales son uno de los momentos más placenteros para muchas personas, un hecho que se ve refrendado con la ganas y la búsqueda constante que mucha gente tiene respecto a este acto. Con todo, paralelamente al sexo siempre se han generado un sinfín de mitos y leyendas que no siempre son verdad, debido a que estudios científicos y expertos en la materia han conseguido desmontar. Ejemplos hay muchos, entre los que destacan que el placer máximo se alcanza cuando dos personas llegan al orgasmo a la vez, o que cuando menos se conozca a la persona más desenfrenado será el acto sexual.
Pese a estos mitos, la verdad es que el sexo sí que genera a su alrededor una serie de curiosidades cuanto menos divertidas y prácticas, unas circunstancias y datos que sin conocerlos podrías sobrevivir perfectamente a una relación en pareja, pero que son muy recomendables para tu día a día.
En este sentido, si estás buscando tener un hijo o una hija deberías saber que el período medio para que una mujer se quede embarazada es casi medio año, unos 5 meses y medio aproximadamente.
Sin alejarnos mucho de la fecundación, cabe destacar que otra curiosidad es que un espermatozoide tan solo suele tardar 5 minutos en realizar el trayecto hasta las trompas de Falopio, eso sí, una vez allí la fecundación del óvulo es mucho más lenta, ya que puede tardar hasta 5 días.
Por otra parte, el mito de que los europeos tienen sus partes más grandes que los asiáticos es verdad, y no solo un poco, sino el doble. Y es que se ha podido comprobar que los testículos de los hombres europeos suelen ser el doble de grandes que el de las personas del continente asiático.
Así mismo, si nos referimos a los orgasmos, cabe destacar que las mujeres suelen tardar una media de alrededor de 15 minutos en llegar a ellos, mientras que los hombres tardan mucho menos, ya que según varios estudios al sexo masculino solo le cuesta llegar al clímax entre 3 y 5 minutos.
Otra curiosidad que mucha gente desconoce es que el óvulo de la mujer es la célula más grande de todo el cuerpo humano, gracias a que tiene un tamaño de 0,14 centímetros. Lo que supone, haciendo una comparación simple, una canica de las pequeñas. Una dimensión que provoca que una célula pueda ser vista por el ojo humano sin necesidad de ningún tipo de aparato telescópico o informático.