A continuación iniciamos una de las grandes preguntas de la sexualidad y sobre ello queremos hoy centrar nuestra entrada del blog. Hablemos sobre la estimulación y la necesidad de hacer uso de ella. ¿A favor o en contra?

¿Quién no necesita estimularse? Si estuviéramos todo el día con los apetitos a flor de piel esto sería como un circo, dirían unos. Esto sería el Nirvana, dirían otros. Pero claro, siempre y cuando piensen en el sexo, porque el apetito carnal es algo que, como el que sentimos por la comida, a veces hay que estimularlo para poder disfrutar de él convenientemente.

Una vez que tenemos claro que los estimuladores son aquellos que estimulan, aquí lo vamos teniendo ya más claro. Abres tu sección de estimuladores en tu sexshop favorito y te encuentras con una colección enorme de todos los juguetes eróticos que más te gustan y otros que ni siquiera conoces. Y piensas, pues ya solo se trata de elegir. Y compruebas que están todos: los consoladores, los vibradores, las bolas chinas, los plugs y todos y cada uno de los modelos que son específicos por su variedad de prestaciones. Que aunque parezcan lo mismo, no lo son. Y para eso tienes que ir conociéndolos y dejándote sorprender por sus características, las cuales aportan experiencias diferentes y además son percibidas por cada usuario con matices propios que los hacen más singulares aún.

Los estimuladores de próstata (Punto P para ellos) no son ni parecidos a los estimuladores del Punto G. Pero una bola china vibradora sí es un estimulador, frente a un clonador de pene que no lo es en sí mismo pero tiene la propiedad de estimular a una pareja porque les provoca una experiencia erótica y sexual diferente, lúdica a la vez que excitante.

Saborear cada experiencia con juguetes eróticos variados tiene como consecuencia saber cómo disfrutar de tantas posibilidades que nos brinda el sexo en pareja y también para el auto-placer. Sin plantearse de manera racional lo que las técnicas de masturbación pueden hacer por el individuo, ya se ha comprobado que el self-service del placer funciona positivamente y aumenta los niveles de satisfacción sexual de las personas.

O lo que es igual, que la masturbación femenina (esa que ya está dejando de ser tabú), es tan importante como la masculina (esa que se presupone que todos los hombres practican). Las fundas para el pene, los masturbadores tenga egg, las balas o los huevos vibradores, y por supuestos los propios consoladores, son algunos de los estimuladores mejor acogidos por el público.

No nos olvidamos de arneses o strep-ons, incluso de los masturbadores como bocas y manos, senos, vaginas o anos para la estimulación y masturbación masculina y que forman parte de los juguetes eróticos favoritos del usuario masculino.

Esta frase resume una nueva manera de concebir el sexo. O mejor dicho, de no darle importancia. ¿Qué importancia tiene? Pues la que le queramos dar nosotros…

Pero nos vamos a explicar. Se van extendiendo los rumores, y corren como la pólvora, sobre cómo las nuevas prácticas sexuales en los últimos 10 años se han mutado radicalmente. Hasta el punto de que la tan ya extendida práctica del sexo oral se termina reduciendo a un mero contacto sin relevancia o importancia entre ambos sexos. Que en ámbitos de población tal como es la juventud, se está utilizando para llevar virgen ¿al matrimonio? Ahí lo dejamos…

Esto nos impacta de manera chocante. Pero teniendo en cuenta que el Presidente Bill Clinton escandalizó al mundo con su clamorosa dependencia de las habilidades orales de la ínclita becaria Lewinsky y fue el pistoletazo de salida en dicha moda erótica, pues nos tenemos que dar un puntito en la boca y seguir a lo nuestro.

Que las generaciones que siguen a la juventud más recién estrenada no esté pensando en que si matrimonios o si divorcios (que también entran en el lote tratándose de estados civiles), sí que incide en la tarea de sofisticar el sexo oral. ¿Cómo? Pues con todos los estimulantes que podemos utilizar para hacer de esta práctica una de las panaceas del placer, en sí mismo y como antesala del coito.

Y además, ¿es que hay que decir que acaso es molesto, desagradable o incómodo para la mayoría? La respuesta es no.

Entras al sexshop online y te encuentras con que hay vibradores lengua, por ejemplo, entre el repertorio de juguetes eróticos para el sexo oral. Y entonces piensas en que eso que tanto te gusta lo puedes mejorar aún más. Y es cuando por fin entiendes el significado de las mareas, el influjo de la luna y te da exactamente igual que la Tierra sea redonda o plana porque tu cabeza dá vueltas enloquecida cuando practicas sexo oral con alguno de estos juguetitos.

Geles o lipsticks de uso tópico para el sexo oral contribuyen, con su toque de aumento de la excitación al contacto, encumbrar en un pedestal este ritual erótico al tiempo que eliminan los posibles reparos ante el contacto oral-genital propios de esta práctica. Con sus aromas y sabores eliminan todas las barreras previas si las hubiera, por lo que ahora menos que nunca existen excusas para hacerle ascos al sexo oral.

Si es verdad que los disfraces sexy nos ofrecen unas posibilidades que sin ellos no podríamos conseguir. Y es que un disfraz sexy nos permite satisfacer nuestras fantasías pudiéndonos convertir en cualquier personaje: enfermera, sargento, policia, azafata, etc. Por ello hoy queremos hablar del disfraz erótico.

Si necesitas motivos para ponerte un disfraz sexy es porque tus fantasías están muy adormecidas. Pero si necesitas un disfraz sexy urgentemente, no solamente tienes las fantasías eróticas a flor de piel sino que vas a atacar el sex shop online con ganas hasta que tu pedido contenga todo lo que más te excita. A ti y a tu pareja. Porque aunque hay personas que conforman a solas una fantasía vistiéndose para sí mismas, lo más común es servirse de la pareja para poner en práctica esos deseos de verse en otra piel o en otro rol que se superponga a uno mismo.

O de la manera más sencilla y sin razones especiales, porque aumenta la libido de manera inmediata ver a tu chico como un policía desalmado al que no debes negarle colaboración. O a tu chica como una enfermera de carácter fisgón y mandón que te domina  mientras luce una minifalda y medias blancas sin más ropa en el cuerpo además de la cofia. Y tampoco podrás negarte a sus inspecciones descaradas que acaben en final feliz.

Todo el mundo tiene un “click” que se activa con un disfraz convenientemente utilizado para la intimidad. Si tienes que hacerte con complementos como medias, zapatos, ligueros, rejillas o pezoneras, acude a tu sección del sexshop donde encontrar un disfraz sexy y mucho más. Y no dudes en elegir algo que jamás creíste que a ti misma te gustaría lucir en una noche de batalla erótica. Si te gusta a ti, lo lucirás con toda la intención que desees provocar en el otro, así que no te preocupes si impacta, será la primera chispa que prenda el nirvana de la pasión.

No hay recetas para cocinar bien, una puesta en escena en la que el disfraz no resulte demasiado impactante o incluso agresivo. Pero no tengas miedo a fracasar porque no será visto como un atrevimiento sino como una apuesta segura para desatar la libido. Claro está que has de elegir el momento adecuado en el que sepas que tu pareja lo va a recibir tal y como tú deseas. Si sabes que solamente tienes disponible a tu pareja el sábado por la noche, conviértete en un duro domador de fieras o en una colegiala caprichosa para revolucionar vuestras hormonas sexuales y quemar toda la energía erótica a costa de ese inocente disfraz sexy.

Te puedes sorprender –gratamente además- del poder de simulación y de puesta en escena en el sexo. Podrás descubrirlo con tu pareja sin necesidad de recurrir a verlo en otros medios, sino viviéndolo en primera persona.

¿Eres de los que nunca tienen suficiente ni con dos ni con tres en una noche? ¿Quieres que tu pareja quede exhausta con tus habilidades leoninas en la cama y además quieres que lo cuente? ¿Temes perder a esa persona que te gusta tanto por ser un desastre o demostrar baja erección y menor duración de la misma todavía?

Te presentamos los retardantes masculinos. Unos eficaces productos capaces de eliminar de un plumazo todas esas preocupaciones sobre tu capacidad amatoria y demostrar que no eres una decepción sexual para nadie, ni menos para quien tanto quieres impresionar positivamente. Así que no te frustres y recurre momentáneamente a los retardantes porque te darán la solución puntual, sin que por ello tengas que usarlos por sistema en cada ocasión. Más bien se recomienda tenerlos en cuenta como quien recurre a una ayuda que no tiene por qué convertirse en norma ni como sustituto de la erección natural conseguida con medios puramente fisiológicos.

Si eres de los que basan el éxito con tu pareja a base de potencia sexual demostrada, o si crees que lo que tu pareja necesita es un poco más de resistencia viril para afrontar tus peticiones de sexo, aquí hay una ayudita que podrás usar de manera extraordinaria. Se trata de un producto eficaz que no sustituye a los métodos naturales pero soluciona carencias momentáneas producidas por causas ajenas a la voluntad del individuo. Y como tal debe ser tratado, por lo que merece la pena tenerlo en cuenta y disponer de él si lo crees conveniente.

Y no es ninguna tontería temer a la frustración de no colmar unas expectativas. Hay situaciones y momentos íntimos que deciden incluso si una relación continúa o no, o si una relación comienza, avanza o se queda desactivada para siempre por culpa de una mala actuación o varias seguidas. Así que no hay que menospreciar ni las causas ni los efectos de tales resultados adversos.

Lo que para alguien es definitivo, puede ser para otro un simple deseo de sobresalir. Pero como hay casuísticas de todo tipo, lo mejor es conocer los retardantes como posible paliativo para cada necesidad.

En los comienzos con el sexo anal, para temporadas de bajos recursos físicos tras una enfermedad o como consecuencia de otras anomalías físicas o de carácter emocional, los retardantes sirven para evitar posibles o evidentes frustraciones ante la falta de erecciones y su duración.

En crema o en spray, se aplican en la zona o en el pene directamente y siempre atendiendo a las indicaciones del producto.