Queridos lectores, sé que estáis deseosos de leer artículos que os ayuden a mejorar vuestra vida sexual, o algunos consejos de posiciones nuevas que podáis incorporar en vuestras vidas sexuales. Pero hoy no vengo a hablaros de posturas sexuales, ni tampoco os hablaré sobre la postura sexual del 69. De lo que si voy a hablar es de los problemas que conlleva realizar esta postura tan popular, pero de una manera cómica para que no nos aburramos mucho.
Todos sabemos que es algo espectacular el que las dos personas puedan darse placer mutuamente, y más cuando del sexo oral se trata. Pero si somos sinceros, la realidad suele estar lejos de las maravillas del placer que esto puede producir finalmente. Hoy vamos a sacar a la luz algunos detalles de las incomodidades, del desastre que se produce por causa del cuerpo humano, de anécdotas vividas, narradas por personas que practican la postura del 69 con asiduidad.
Algo que nos cuentan las parejas entrevistadas y en donde la gran mayoría concuerda es el momento en el que uno de los dos empieza a bajar hacia nuestra entrepierna, en ese momento salta la pregunta de “¿Voy yo también? ¿Espero?” ese momento lo narran entre risas y comentan que es todo cuestión de tiempo el encontrar la postura en la que los dos cuerpos se complementen y se junten para que los dos puedan comenzar el sexo oral.
Luego está cuando uno comienza y el otro aún no ha cogido la postura, en ese momento el que ha empezado piensa “es un juego de dos y yo ya he empezado, ¿A qué espera?”. Sinceramente se complica porque debes saber dónde colocar las piernas y el cómo, para que no te den calambres y para que no sea desagradable a nuestro compañero, o compañera.
Una vez que ambos están ya en acción, resulta difícil concentrarse en disfrutar mientras estas contorsionándote para introducirle los dedos en la vagina a tu pareja, le practicas sexo oral y retuerces el cuello; lo mismo para ellas, eso de tener el pene en la boca, mover la mano, mantenerse en postura, y todo eso cuando ambos tienen qué ¡no olvidarse de respirar!
En otros casos nos cuentan ellas que están preocupadas de que ellos les avisen cuando vayan a acabar, ya que pueden llenarle los ojos y eso no es agradable. Pero ellos nos cuentan el problema que tienen con su nariz, el miedo a que les moleste o no.
Otros dilemas que nos plantean ellos son el que sentirán sus compañeras teniendo sus genitales pegados a sus ojos; pero cuando ellas se ríen y responden a que “¿Cómo es tener el culo en la cara?”
Pero a pesar de todos estos problemas, todos concuerdan que merece la pena pasar por ello para experimentar los placeres que conlleva realizar esta postura.