Parafernalia sadomaso

sadomaso

Las prácticas sexuales basadas en el sadomasoquismo, ese juego sexual de alto voltaje escénico, requieren una parafernalia determinada. Es quizá de las expresiones sexuales donde los estilismos adquieren importancia y significación frente al sexo doméstico o convencional. Y aunque no queda excluido del sexo doméstico porque bien puede practicarse en un cuarto de baño o una cocina, sí se aleja de lo comúnmente conocido como convencional.

Como escenificación de un juego con reglas consentidas, el sexo que se practica en versión dominación se corresponde con un imaginario concreto y poner en marcha un estilismo adecuado, ayuda definitivamente a crear un ambiente bizarro. Desde el escenario más o menos recargado donde llevar a cabo el encuentro hasta el vestuario y los complementos a utilizar, todo está encaminado a dominar o dejarse dominar.

Son prácticas consentidas donde los papeles se autoasignan en función de los gustos de cada uno y se trata de actuar conforme a un libre guión marcado por el sexo latente y las pasiones más encendidas. Partiendo de la base de que hay roles naturales en las parejas, las personas que disfrutan dominando a la otra como forma de generar placer mutuo, es la contrapartida de las personas que disfrutan sexualmente cuando les someten. Básicamente se trata de algo tan sencillo como eso, provocar placer sexual a través de las relaciones de dominación y sumisión en las prácticas de sexo sin tener en cuenta la voluntad del otro. Lógicamente se trata de un juego que las partes están de acuerdo en jugar y los límites los establecen los protagonistas. Y para jugar y sentirse verdadero personaje del evento, nada mejor que contar con lencería sexy apropiada como vinilo leather, medias, zapatos o botas altas, cuerpos de charol que ocultan el rostro, esposas, látigo, bolas, cuerdas, pinzas, lubricantes, velas y todo lo que de momento sirve para inmovilizar y esclavizar al otro aparentemente contra su voluntad.

Generalmente la persona que domina ejerce de amo que somete al otro a sus deseos sexuales que debe satisfacer bajo pena de castigo de más òrdenes sexuales si no lo cumple adecuadamente. El esclavo debe cumplir esta parte del juego y ambas partes se aseguran así momentos cargados de morbo y placer que son alimentados de esta manera, al igual que en otras prácticas como el sexo tántrico, el placer es el contacto corporal infinito. Como todas las expresiones sexuales, la mente y la imaginación son las que definen la sexualidad que se realiza y la búsqueda del placer es lo que hace que se exploren diferentes caminos.

Escrito por vibrafaccion