Experiencia de una mujer con el orgasmo.

Experiencia Mujer orgasmo

¡Hola chicas y chicos! Me llamo Andrea, y escribo hoy aquí para contaros una experiencia que viví la otra semana que me dejó alucinada. Todo comenzó cuando fui a ver a una educadora sexual inglesa, muy famosa por ser gurú del orgasmo y de la masturbación desde los años setenta. Muchos la consideran la madre fundadora del movimiento de liberación sexual de la mujer. Bueno voy con la historia.

Cuando llegué a la casa, me recibió la mujer, que iba semidesnuda solo con una túnica casi transparente, me dio un abrazo, se presentó y me pidió que me desvistiera y entrara al salón. La seguí mientras me desvestía. Al llegar al salón, entré, mientras ella se fue a saludar a los demás invitados. Pude ver toallas, cajas de clínex y cojines por el suelo, y esperando estaban más personas desnudas, cada una ocupando un cojín. En una mesa junto a la pared había botellas de agua, unos botes de aceite, juguetes sexuales y vibradores.

Algo nerviosa, me dispuse a ocupar algunos de los cojines libres que había en el suelo, mientras los demás charlaban entre ellos o miraban para todos lados pero sin prestar atención a la desnudez que cada uno portaba. Una mujer me saludo y vino a presentarse, me di un abrazo y me acompaño a un cojín cerca del suyo, parecía tan normal ir desnudo, nadie se incomodaba y a nadie le parecía raro ir desnudo rodeados de extraños.

Cada mujer se fue sentando en su sitio a la espera de la señora mayor. Realmente es un dilema el saber cómo sentarse cuando se está desnuda rodeada por un grupo de extraños. Pero no tuve que decidirme, pues al poco entró la señora y todas se pusieron de pie para recibirla.

Decir que estaba algo sorprendida, pues la señora tenía 85 años, y la vi entrar desnuda como cualquiera de nosotras, se sentó y saludó como si fuera lo más normal del mundo esa situación. Obviamente, para ella lo era, llevaba muchos años realizando este tipo de talleres.

La señora nos dio la bienvenida y comenzó a explicar su filosofía sobre el sexo, los orgasmos, las vaginas y los cuerpos. Luego, dio un turno de palabra para que cada una expresara su sentimiento de con su cuerpo y sobre nuestros orgasmos. Tras eso, comenzamos a realizar ejercicios de respiración.

Luego, una por una nos sentábamos al lado de ella, justo delante de un espejo, y nos mirábamos el coño. La señora señalaba algunas características de nuestros coños. Cuando acabó de explicarme como era mi coño, se marchó al lado de otra para realizar lo mismo con su coño. Cuando acabaron las dos horas, nos fuimos. Yo me fui sorprendida pero feliz, pues me sentía contenta porque me había sentido valorada.

Al siguiente día nos sentamos en círculo, desnudas también. La señora comenzó con una demostración de lo que sería la sesión de ese día. Comenzó con la masturbación, hizo una demostración de lo que quería, masajeando la vulva, movimiento de pelvis, concentración en la respiración, vibradores para el clítoris y vibradores vaginales. Una vez acabó con la demostración, nos dijo que comenzáramos nosotras. Ella nos miraba y nos guiaba, nos decía que usáramos más la pelvis, que nos falláramos al consolador más fuerte y con más movimiento.

Al principio no me sentía rara del todo, era raro y poco excitante ver a todas las mujeres del grupo introducirse vibradores en sus coños. Cada vez que me venía el orgasmo, lo contenía, así durante un largo tiempo, pensaba que sería por alguna ansiedad o por el ambiente. Así que levanté la mano, tal como la señora nos dijo en caso de necesitar ayuda.

La señora se levantó y vino, le explique y me miro, pensé que me daría otro consolador o quizás algún lubricante, pero en lugar de eso poso su mano en mis pechos, y con la otra mano comenzó a mover el vibrador hacia dentro y hacia fuera de mi vagina. Me dijo que me tranquilizara, que moviera la pelvis, y que respirara.

Puso su mano en mi perineo y comencé a emocionarme, se me salían las lágrimas, justo como cuando estas a punto de tener un orgasmo increíble. Justo cuando iba a contraerme y bloquearme me paro y mientras seguía me susurro que tranquila, que lo dejara fluir. Y entonces, ocurrió. Me sentí poderosa y muy agradecida, como si me hubieran dado el mejor regalo de toda mi vida.

El taller acabó y me sentí completa, llena, tras tener un gran número de orgasmos en cadena. Fue verdaderamente increíble. Me fui de la casa con la sensación de haber aprendido la mejor lección que me podían dar, toda mujer es dueña de sus propios orgasmos.

Escrito por vibrafaccion