Inspiración 50 Sombras para arder de pasión

A pequeñas dosis, la sumisión en el sexo siembra sus semillas cuyos frutos puedes recoger en forma de placer inmenso. Si recuerdas la novela y el film de Cincuenta Sombras de Grey, la cándida Anastasia se dejó atrapar por un más que pérfido amante Christian Grey que era capaz de todo por conseguir la cima máxima del placer sexual.
Seguramente ya has probado un poco de estas prácticas algo más arriesgadas que hacer la postura del misionero con tu chico. Y si aún no te atreviste a avanzar, aquí proponemos unos pasos de la versión 5.0 para que compruebes cómo está tu libido.
1.- La chica perdió su virginidad pero no estamos seguros de que puedas leer este post si vas a hacerlo por primera vez con tu novio. Así que a pesar de que afortunadamente ese momento ya pasó, puedes revivir algo parecido si cocolas tus piernas en alto, juntas, y pide a tu chico que efectúe la penetración suavemente.
2.- Ya en posición boca abajo los dos, cuando tu chico lleve a cabo penetraciones suaves que van aumentando el rito, entonces parad. Y lo que parece una sensación de cortar de raíz el mejor de los placeres, volverá a ser sensacional al retomar el ritmo.
3.- Atada en aspa de manos y pies, incluso si prefieres con los ojos tapados, tu chico comenzará a besar desde el cuello hasta el clítoris para terminar en penetración. Pero ni podrás tocarle el pelo ni siquiera realizar movimientos pequeños, excepto gemir o gritar sutilmente. Realmente, estás en posición de ruego, totalmente dominada y a merced del otro. Procura disfrutar al máximo.
4.-Tras juegos preliminares a la carta, el plato fuerte del menú comienza con colocarte de rodillas dándole la espalda. Es la postura del perrito tantas veces relatada en la que además podrá estirar de tu pelo sin demasiada bravura pero tampoco temiendo un gemido.
5.- Con estas ganas de pasarlo bien, el látigo debe estar a vuestro alcance. Mientras tienes vendados los ojos y permaneces atada a la cama, que tu chico pase el látigo rozando desde tus labios hasta el clítoris te hará recorrer un escalofrío e incluso pequeños espasmos de placer.
6.- No te quites la venda de los ojos y añade tapones en tus oídos. Eliminando vista y oído, agudizas el sentido del tacto y el olfato y te preparas para algo inusitado. En estas circunstancias en la que sientes que el corazón se acelera, las caricias entre las piernas dan paso a una penetración enérgica y definitiva.
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