Enamórate de su punto P en 4 fases. Estimulación de la próstata

Estamos a favor del punto G, de buscarlo y estimularlo. Pero no subestimemos el punto P en los hombres ni bajemos la guardia ante semejante beneficio. No sólo para el hombre, sino en las ventajas revertidas en las mujeres o parejas.
Si el baremo para la salud sexual masculina es 100, tener en cuenta el punto P (de próstata) mediante la estimulación manual o juguetes eróticos para tal fin, sigue siendo 100. Pero aunque llegues a ese gran momento, hay uno método de principio a fin que no falla y es fácil seguir con un poco de pericia y un mucho de erotismo. Ese que toda mujer pone es práctica con tal de seducir hasta el final a su chico.
1.-¿Te sorprende que su mandíbula sea un punto erótico? Prueba a acariciarla porque es uno de los ángulos más visibles de su masculinidad. Si rara vez te preocupas por su rostro, tocar la mandíbula de tu pareja le recordará lo varonil que te resulta, elevando su ego y su autoestima en esos momentos. Empezando por la parte inferior de su oreja y pasando la punta de tus dedos suavemente, llegarás al otro extremo estimulando los nervios de su cara.
2.-Eres de las que disfruta haciendo cariñitos en el antebrazo? Piensa que te conviene la fase de relajarle para luego activarlo poco a poco sin que haya vuelta a atrás. Así que toma sus brazos y comienza por la parte superior donde suele haber vello. Èl notará un toque ultrasensible si deslizas tus dedos de arriba abajo porque los pelillos estimulan los nervios, mientras que por la parte de debajo de los antebrazos, se relaja.
3.-¿Recuerdas sus ingles? Parece algo insignificante pero nada más lejos de la realidad. Si esta parte de su anatomía te es desconocida, que no te deje indiferente. Muy pocas mujeres exploran el cuerpo de sus parejas y esta zona te tiene reservadas algunas sorpresas porque cuando accedes a ellas, bien con las manos y la lengua, comprobarás que algo en él se está activando. Lo mejor que puedes hacer entonces es aprovecharte lo mejor que puedas.
4.-Por fin llegas a sus nalgas, a las cuales debes destensar para que vuelvan a tomar tensión para el coito. Pero si consigues masajear su próstata con los dedos, situada en la parte de abajo de sus testículos, estarás induciéndolo al placer al tiempo que se consigue mejor erección y mejor orgasmo.
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