Es una auténtica revolución. Por fin las modelos de lencería tallas grandes –lo normal y más abundante en la calle- obtienen su reconocimiento como mujeres bellas como igualmente lo son las modelos de talla anoréxica a las que nos tienen acostumbrados los medios como canon imitable de belleza.
Por fin llega la tendencia a desmitificar la delgadez como supremo valor femenino para ser deseada por los hombres e imitada por las mujeres. Desde que unas cuantas “gorditas” se han puesto el mundo por montera y han dejado bien claro que ellas también “mandan”, las RRS se han hecho eco de su presencia y el mundo de la moda les respeta. Y estamos a un paso de que socialmente los michelines bien plantados no sean un handicap para triunfar.
Y no sólo de moda vivimos sino de sexo. Y el sexo no distingue entre flacos y gordos sino que todo el mundo disfruta su sexualidad y su libre albedrío como mejor le parece. Lo que pasa es que machaconamente se nos ha metido en el subconsciente que incluso para hacer sexo hay que estar delgado. O mejor dicho, que los delgados hacen más sexo que los gordos porque ligan más. Y por esta estúpida ecuación, quienes más sexo tienen son los guapos y flacos. Pues craso error.
De hecho, no hay relación alguna entre el éxito real de ser alta, delgada y guapa con la felicidad sentimental, incluso muchas modelos y famosas acumulan fracasos sentimentales uno tras otro o declaran ser muy desgraciadas en sus relaciones de pareja. Algunas se quejan asombrosamente de la falta de pareja precisamente por ser estéticamente perfectas.
Pero el sexo, el sexo es otra cosa. Para hacer sexo sólo se necesita estar dispuesta, ser proactiva hacia los placeres carnales nunca mejor dicho. Y es que un poco de adiposidad o disponer de unas curvas generosas es incluso atractivo para muchos hombres, más de los que nos imaginamos.
Así que nadie se eche para atrás por motivos de estética en clave de kilos. Y en el sex shop no se olvidan de esta realidad tan libidinosa y morbosa a partes iguales y sin quitarle ni un ápice de atractivo. Porque una mujer con lencería sexy femenina es arrebatadoramente seductora y arrolladora, independientemente de su talla. No hay que preocuparse por las tallas porque en la tienda erótica están al tanto de los modelos más sexy de tallas grandes para esas hermosas mujeres que nada tienen que ocultar a sus parejas.