Una vez más traemos aquí el vicio que algunas mujeres tienen por fingir. No sólo en fabricar orgasmos falsos sino en afrontar el sexo a priori, desde dentro y a posteriori con armas de seducción falsas que terminan arruinando su propia satisfacción erótica. Eso cuando no le echan siempre la culpa a su pareja masculina, que suele ser la excusa para encubrir su propia incapacidad emocional y física.
Y muchas de estas falsas acciones son las que arruinan tu triunfo personal bajo las sábanas:
1. Si expresas un deseo sexual falso, es decir, que te pones sin que te apetezca lo más mínimo, puede darse el milagro de que se te active la libido en plena faena, pero de no ser así, se pasa incluso un rato muy largo y pesado. Aunque dure los 20 minutos de rigor. Mortis.
2. La creación de expectativas te frustrará. Cada encuentro sexual no tiene por qué ser idéntico. Y si pretendes reproducir fielmente aquél encuentro sexual de 5 años atrás cuando no teníais niños o la pasión del enamoramiento lo nublaba todo, es posible que te llegue la frustración. Disfruta del momento diferente que te brinda el día a día sin comparar.
3. En cuanto idealices a tu pareja y el sexo resultante de cada encuentro, estarás creando falsos castillos en el aire. De nuevo procura relajarte y déjate sorprender por la frescura o calentura de cada ocasión que se presente.
4. No exijas que la otra persona siempre sepa lo que te gusta ni que lo ejecute en el timming que tú quieres. No siempre tu pareja adivina tus deseos y por eso no se rompe el deseo ni el amor ni la pareja. Sencillamente adáptate al momento y sácale partido, igual hasta puedes comunicarle mientras y verás cómo resulta genial.
5. No te lleves el estrés a la cama y separa los problemas diarios de poder disfrutar de un rato de relax y bienestar como ofrece el cuerpo. Cede un poco de tensión y deja entrar la libido al menos una hora para destensarte sin agobiarte ni agobiar al otro.
6. Aunque el sexo con sentimientos es realmente ideal, no siempre se da esta perfecta ecuación ni tampoco es imprescindible ni necesario. Es, sencillamente, una ocasión en la que dos personas adultas consienten y eso es razón suficiente. No remuevas más en el cesto de las razones porque te dejarás la piel donde no es el lugar de hacerlo.