Susurra. Déjate llevar por el susurro, promueve sensaciones eróticas muy placenteras, ideales para arrancar un deseo incontrolable.
Provoca. Juega. Provoca a tu pareja con juegos, tentaciones y usando el anterior recurso. Hazlo durante el día, prepara el momento de cama, da rinda suelta a las fantasías y deseo.
Cuida el momento a solas. Un aspecto fundamental, mantén ese fuego de novios. No te descuiden mantente perfumado, coqueto y aseado como lo hiciste en los comienzos. Cuando estéis a solas busca sorprender y no dejes de sentir esa mariposa explorando en la sexualidad de tu pareja.
Películas. Apóyate en las películas eróticas. Prueba. Explora el mundo de las películas eróticas, que no porno.
Besa. Besa a tu pareja con ese cosquilleo de la primera vez, déjate llevar en una aventura de sensaciones nuevas que florecieron aquella vez. Vívelo como si nunca antes hubiera pasado. No beses siempre igual, vuélvete loco/a, pasional, romántico… cambia de registro.
Complementos. ¿Se acaban las ideas? Entrad en el mundo de los juguetes eróticos, aceites, afrodisiacos, cremas; pregunta e infórmate con asesores de las tiendas.
Masajea. Usa esos aceites, lubricantes y cremas afrodisiacas para dar nuevos pasos en el mundo del masaje.
Usa el tacto. Siente lo que tocas, déjate llevar por ese sentido. Emociónate acariciando y sintiendo la piel y cuerpo de la otra persona. Acaricia todo su cuerpo, desde los pies hasta su pelo. Acércate y roza con distintas partes de tu cuerpo su piel. Se recomienda siempre comenzar con suaves y delicadas caricias e ir aumentando la intensidad según la pasión del momento, llegando a agarrara, sujetar y ejercer presión en diferentes zonas.
Cuida los olores. El olfato es un sentido muy desarrollado que nos puede empujar o crear rechazo si los estímulos que recibimos no son agradable. Es por ello que, además de perfurmarse y asearse siempre, ambientar el espacio con fragancias y aromas que inviten al momento.
Acentúa lo visual. No es fundamental ser un portento físico para trabajar este aspecto. Las miradas, labios y posturas toman un papel importante en la atracción de la otra persona. Busca tu estilo y sensualidad, trabaja tus recursos para potenciar el atractivo.
Masturba. Pero hazlo sin miedo. Tócala; acaríciala; hazle vibrar y cuando la otra persona no esté llevando el camino que te gusta y estimula, corrige sin miedo, ayúdale y enséñale como lo haces tú. Coloca tu mano sobre la suya, susúrrale y enséñale. La relación ganará trabajando este punto, es importante la claridad y sin vergüenza alguna, corregir. El beneficio es mutuo.
No toques siempre igual. Usa las variantes que disponemos hoy en día, aceites, cremas, una mano, otra, pero fundamental no siempre igual. Juega, descubre y siempre comunicando cuando algo te gusta, como si no.
No caer en la rutina. Todo lo anterior dicho, de nada sirve si siempre usas las mismas pautas, recorrido o juego. Alterna, descubre, inventa.
No todo es penetración. Disfruta de besos, caricias, previos, porque no todo es la penetración. Es más esta sería vacía sin todo lo que le envuelve. Disfruta abriendo el regalo.
No todo es el orgasmo. El sexo lo podríamos comparar con un gran bufet, en él tenemos infinidad de posibilidades. Tan sólo nos limitamos a recomendar que hay que empezar por los entrantes, primero y segundo plato. En ocasiones hemos disfrutado tanto de la comida que no hay postre, y no pasa nada. Pues con el orgasmo es parecido, el orgasmo es el postre, no siempre hace falta tomarlo. Y por supuesto, no hay que empezar por el postre.
Disfruta del momento post orgasmo. ¡no te duermas! Mírale, bésale, acaríciale. Ahora todo su cuerpo está con una revolución de sensaciones, disfruta de este momento. Acaricia las zonas erógenas y vive momento de mayor intensidad.
Esperamos que con estos puntos puedas potenciar y aumentar tu erotismo, no se nace sabiendo, nos toca aprender durante el camino es por ello que la comunicación y enseñanza del uno con el otro es fundamental. Nos leemos en la próxima, ahora… ¡disfruten!